Tipex

El próximo jueves 18 de noviembre a las 20,30 horas, en Loreak Mendian (Duc de la Victoria 9, Barcelona) presentación del libro de Hernan Ordoñez, Typex.
El libro, editado por Index Book,  no pretende ser más que un registro del desarrollo de las clases que Hernán Ordóñez ha impartido estos últimos seis años en el País Vasco. Algunos de los proyectos obtuvieron premios y menciones: Signes, ADI-FAD y Laus; varios fueron seleccionados por diversas publicaciones; otros dieron la oportunidad a los alumnos de realizar sus primeras experiencias laborales en estudios de prestigio internacional como Design Bridge (Londres) y el Museo Guggenheim de Bilbao (para el cual cotutorizó su identidad corporativa en el contexto de su 10º aniversario).
www.hernan.tv

¿Diseño inclusivo?

Raúl Goñi.

Schoeckel, el responsable del diseño gráfico nazi, proclamaba que las campañas político-gráficas que él dirigía no iban destinadas ni a los presos, ni a las personas hospitalizadas, ni a los ciegos . En la actualidad, 60 años más tarde ¿se ha progresado algo en la comunicación gráfica para estos grupos sociales? Desgraciadamente no mucho. La comunicación política, institucional y de masas no ha llevado a cabo ninguna mejora para que, por ejemplo, los ciegos tengan acceso a la información. ¿Y qué hay acerca de los Gobiernos que velan por los derechos de sus ciudadanos? ¿Qué pasa con las señalizaciones de las ciudades? ¿Y los mapas? ¿Y el transporte? ¿Y los libros y las revistas? ¿Qué pasa con todas esas verdaderas herramientas visuales de información que nos ayudan a disfrutar de nuestro tiempo de ocio? ¿Dispone el colectivo de deficientes visuales de estas herramientas?

Estudiando los métodos de comunicación que manejan los ciegos y escarbando en su historia, encontré la repetición de un hecho increíble. Algo tan obvio como la integridad física e intelectual del deficiente visual ha sido puesta en duda durante casi toda la historia, es decir, no se les reconocía como parte activa de la sociedad. Pero encontré también ciertas personas que hicieron tambalear esas creencias colectivas preocupándose por algo de lo que sus conciudadanos no hacían, crear un sistema de lecto-escritura para deficientes visuales para que estos pudieran desarrollarse social e intelectualmente.

Algunos ejemplos de estas personas son los siguientes: Dimio de Alejandría en el siglo IV, ciego de nacimiento, concibió un sistema basado en un conjunto de piezas de marfil o madera de boj con letras en relieve usadas por los invidentes para formar palabras y frases. Mucho más tarde, en el Renacimiento, Girolamo Cardano, calígrafo napolitano, ideó procedimientos para la lectura y escritura de los ciegos parecidos a los de Dimio de Alejandría a base de piezas de madera que el ciego aprende a distinguir y las cuales une para formar palabras y textos. Para escribir debían colocar una hoja de papel encima y con un pequeño punzón marcar la silueta de las letras.

En 1543, el toledano Alejo Venegas del Busto, escribe invitando a los maestros en la enseñanza de los ciegos a seguir el método de los monjes de la Edad Media. El mismo consistía en leer y escribir a oscuras lo que habían aprendido a hacer con los ojos vendados utilizando tiralíneas, con el fin de no gastar aceite y no fatigar la vista.

Francisco de Lucas, impresor español que introdujo en nuestro país la grabación en relieve, conocía los procedimientos de Félix Antonio de Cabezón y Francisco Salinas, ciegos célebres. En su obra Arte de escribir la letra bastarda española (1580) incluye reglas que pueden servir para que los invidentes escriban, explicando el manejo de pautas para trazar los caracteres vulgares.

Estos sistemas nunca llegaron a extenderse debido a que no existían escuelas para ciegos y a que el reconocimiento de las letras en relieve a través del tacto, así como la escritura por cualquiera de estos métodos, eran especialmente complicados.

En 1784 el francés Valentin Haüy creó en París la primera escuela para ciegos del mundo, la Instution Natíonal des Jeunes Aveugles, sin el carácter de asilo u orfanato que hasta ahora habían tenido las instituciones creadas para personas deficientes visuales. Allí trata de educar al ciego al mismo nivel que en el resto de escuelas para videntes ideando un sistema de lecto-escritura basado en moldes de letras en posición inversa aplicadas sobre papel húmedo. Este método permite la lectura pero no facilita la escritura. (1)

Hasta 1831 no se encuentra una progresión real dentro de la búsqueda de sistemas de lecto-escritura para deficientes visuales. James Call, de Edimburgo, introduce su Angular Romana (2) cuya característica más apreciable era la eliminación de cualquier detalle de trazo fino de la ordinaria capital romana. Durante esa misma época aparecen, con más o menos éxito, otros tipos de escritura adoptados por diferentes centros de educación para ciegos como son la tipografía Lucas (2) adoptada por la London Society for teaching the blind to read en 1838, o los caracteres visuales en relieve de la New England Institution for the Education of the Blind en 1837. (3)

El sistema Moon (2) de signos en relieve fue inventado en 1847 por William Moon, deficiente visual que quedo ciego a los 21 años de edad. Su sistema tenía cualidades que lo convertía en un sistema tremendamente útil para aquellas personas que hubieran perdido la vista de forma tardía o para aquellas personas con problemas de tacto que tuvieran dificultades en aprender el Braille.

Su sistema consistía en la simplificación total de las formas básicas de la letra capital romana de forma que eran fácilmente identificables sin necesidad de aprender un código nuevo. Únicamente se incluían cinco nuevos signos y contracciones que ayudaban a acortar palabras frecuentes (adverbios, adjetivos, etc.) La lectura se realiza de izquierda a derecha y al cambiar de línea de derecha a izquierda y así sucesivamente (4) para evitar que el lector se perdiera en los saltos de línea. Aunque este sistema era más fácil para su lectura táctil, la escritura era mucho más lenta que el Braille. El propio William Moon, junto a Sir Charles Lowther, completó su edición escrita en Moon de la Biblia que consistía en 5.000 páginas impresas en 60 volúmenes, tras 10 años de arduo trabajo.

Para entonces ya se había gestado el sistema de escritura para deficientes visuales que hasta el día de hoy sería el más extendido. Louis Braille (1809-1852) alumno de aquella primera escuela para ciegos del mundo, la Instution Natíonal des Jeunes Aveugles y posteriormente profesor de música de la misma, advirtió las dificultades que sus alumnos, también ciegos, tenían para aprender la asignatura de música que el impartía. Se interesó por el sistema puntiforme inventando por Nicolas Barbier, ideado con fines militares, basado en combinaciones de doce puntos en relieve escritos mediante una pizarra y un punzón para ser descifrados a través del tacto de un dedo.

Louis Braille en 1829 redujo las combinaciones a un único signo generador el cual permitía representar todas las letras del alfabeto, signos de ortografía y numeración. La escritura por parte del ciego se limitaba pues al manejo de una pauta de cobre con el código generador espaciado correctamente (5) y listo para ser creado por el punzón del invidente. Aun así Louis braille murió sin el reconocimiento que su sistema se merecía y hasta 1878 no se acordó en Francia la utilización del sistema Braille como método universal por su probada utilidad didáctica.

En el Estado Español se habían gestado otros métodos de escritura anteriores a la aparición del Braille, hasta 1918 el sistema no fue declarado como método oficial para la lectura y escritura de los ciegos, aunque algunos profesores, escritores y poetas ciegos ya utilizaban el Braille como sistema de escritura de sus libros desde 1840. Tal es el caso de Jaime Bruno Berenguer, profesor de la Escuela Municipal de Ciegos de Barcelona.

Hoy en día los avances en el mundo de los deficientes visuales no pueden superar algo tan importante como la creación del código de lecto-escritura que desarrolló Louis Braille. Pero la labor de algunas instituciones privadas las cuales crean tecnología ideada para deficientes visuales (la Tiflotecnología) ha eliminado grandes barreras físicas y comunicativas del colectivo. Son innumerables los aparatos adaptados, agendas electrónicas en braille, artículos para el hogar, artículos para trabajos manuales, de calculo, eléctricos, electrónicos, libros impresos en Braille por petición, audio libros, etc.

En The Ligthhouse de Nueva York se desarrollan los mayores avances en materia de diseño inclusivo. Uno de los más importantes es un sistema de señales que incorpora los tres códigos de percepción de señales urbanas del ser humano: el visual (tipografía en contraste), el táctil (Braille y letras en relieve) y el auditivo (señales de audio). The Lighthouse destaca sobre otros centros de producción porque está formado por un grupo de médicos, sociólogos, psicólogos, filósofos, arquitectos, ingenieros y diseñadores que abordan los problemas y testan los resultados de sus estudios con el usuario in situ. Esto demuestra que en materia de diseño inclusivo no basta con un gran equipo de profesionales, el usuario ha de participar de manera activa en todo el proceso de creación.

Sin embargo cuando me sigo preguntado acerca de nuestra progresión como sociedad en materia de inclusión (diseño para todos, no excluyente) veo que queda mucho por hacer, muchos espacios colectivos que redistribuir, muchas señales por adaptar, muchos caminos sin señalizar, muchas páginas web inaccesibles y, en los que a cada uno nos concierne, mucho diseñador inclusivo por nacer, ¡vamos!

GRRR N.14 - PRADELL
GRRR N.14 - PRADELL

Berlín: La ciudad como papel

Cira Pérez Barés/Txell Gràcia

¿Qué sería Berlín sin el Street Art?. A esta pregunta podrían seguir muchas y variadas respuestas, dependiendo de gustos y sensibilidades, pero sin duda, para quien esto escribe, la respuesta es clara: ya no sería Berlín. El Street Art, con sus expresiones a veces incomprensibles, nos ha ayudado paradójicamente a entender mejor este lugar, al que llegamos hace algún tiempo por distintos caminos y atraídas por la estela de una ciudad, cuanto menos, interesantemente desconocida.

Berlín te atrapa, te engulle con la facilidad de quien se deja llevar. Su personalidad te asalta al primer contacto, forjada por su propia historia y por la suma de las aportaciones de tantos recién llegados. Es el puente natural entre el Este y el Oeste de Europa, un espacio de intercambio cultural y una metrópoli contemporánea que, como tal, se expresa y se reinventa a cada minuto. Uno se pasea por las calles del mítico Kreuzberg, o por los barrios de la Zona Este como Prenzlauerberg, Friedrichshain o Mitte (bañados por el nuevo glamour que adquiere el viejo retro de lo que fue la RDA) y no puede dejar de fijarse en esta piel camaleónica de arte efímero que cubre cada pequeño rincón, cada farola o cada pared, de manera inexplicable, en búsqueda de nuevas superficies inimaginables. Al principio, estos mensajes resultan como guiños casi imperceptibles, pero una vez descubiertos ya no hay escapatoria. El arte urbano emerge y se propaga con la rapidez de una maravillosa plaga que, en lugar de paralizar la ciudad, la enriquece. La exposición está en la calle, y nosotros, caminantes afortunados, estamos allí para disfrutar de ella, convirtiéndonos en cómplices de esta red de imágenes, nunca más invisibles. Poco a poco uno se va familiarizando con ellas, creando conexiones, diferenciándolas, descubriendo nuevas apariciones, captando novedades e imaginando futuras intervenciones.

El Street Art es una manifestación inherente a las ciudades contemporáneas. Una realidad creada por y para la ciudad. Pero en cada una de ellas, deja su marca personalizada. Durante muchos años, la propia situación política de Berlín hizo que se conservara como una isla en medio de Europa. La parte Oeste fue un oasis de libertad amurallado. La parte Este representaba el férreo estandarte del comunismo de la RDA. La ciudad dividida fue el centro de la guerra fría y tubo la frontera más bien protegida del mundo. Pero este muro, levantado por razones políticas, se convirtió rápidamente en un soporte perfecto para la expresión artística y espontánea. Estas circunstancias sin duda han dejado huella. Durante los ‘80, cualquier sprayer o graffitero probó su estilo y sus habilidades en el muro. Al mismo tiempo, fue también una era de experimentación y de materialización de las ideas en cualquier superficie posible. Los trenes por ejemplo, así como las calles de todos los distritos de Berlín, se convirtieron en el «papel» perfecto donde artistas y menos artistas dejaban sus graffitis y tags. En este tiempo se generaron también los primeros contactos entre ellos y la aparición de algunos lugares de encuentro. En ese momento se creó una fuerte conexión entre el graffiti y el diseño gráfico. Éste último recibió gran influencia del mundo del graffiti, aunque posteriormente adquirió otra línea, pero manteniendo algunos rasgos peculiares del mismo, como las tipografías deconstructivistas, las ilustraciones vectoriales (Faile, Pisa 73, CBS-Uberalles) o el uso de los outlines (Fuck Your Crew, Nomad o Husk Mit Navn, entre otros).

Hoy, tras quince años de la caída del muro, Berlín es la ciudad más libre y abierta de Alemania. Su tolerancia y el nuevo espacio de libertad y experimentación que representa, han hecho que se convierta rápidamente en un punto de atracción del talento y la creatividad. Berlín ha sabido canalizar toda esta energía positiva creando un espacio espontáneo para el desarrollo de la actividad cultural contemporánea en todos sus ámbitos. El creciente interés por el arte más experimental se mezcla con la tradición por otras manifestaciones culturales como la música y la cultura de club, la notable relación de esta ciudad con el cine, con el diseño más innovador y con una gran cantidad de espacios urbanos libres y ocupados con programaciones culturales alternativas. Además, tras la reunificación, la crisis económica no se ha hecho esperar, y la ciudad se ha convertido en el perfecto espacio para la expresión espontánea del desencanto de muchos de sus habitantes. Hoy Berlín es una ciudad rota en muchos aspectos. Las calles, las casas, hermosamente sucias, derruidas y en transformación constante. Todo ello dibuja un escenario perfecto donde el Street Art se integra de forma natural con el paisaje urbano. Berlín limpio sería horrible, en cualquier caso, ya no sería Berlín.

Actualmente, los tags han pasado el relevo a nuevas manifestaciones artísticas como los stencils, los stickers, o los papercuts, entre otras muchas posibilidades de expresión imaginables. Entre sus creadores, existen motivaciones muy distintas. Por lo general, la lucha contra el sistema ya no figura entre sus objetivos principales. Se trata más bien de una cuestión de mejorar la estética urbana, y su mensaje a menudo va ligado al sentido del humor y la sutileza. Este hecho ha facilitado su mayor aceptación entre la opinión pública, quien tiene una visión cada vez menos negativa respecto a estas manifestaciones artísticas. Paradójicamente, muchas de estas obras se conservan en las paredes una vez hecha la renovación de un edificio. Podríamos decir que en este nuevo tipo de manifestaciones, la integración va por delante de la provocación. No tienen como objetivo ensuciar la ciudad, sino interactuar con ella y muchos de los artistas tratan los espacios públicos con respeto. Suelen ser características comunes a ellos encontrar sus orígenes en el graffiti, en el campo del diseño gráfico o en la historia del arte, y en muchos casos son berlineses de adopción.

En este contexto más consciente, algunos artistas ven en las calles la posibilidad de lanzar mensajes comprometidos. Este es el caso de algunos de los trabajos de Pisa 73 (Ralph para los amigos), muy relacionados con la guerra de Irak y las consecuencias del terrorismo internacional. Ralph nos citó en su casa un martes a las siete de la tarde. Nos lo encontramos en la portería, venía de comprar unas cervezas para amenizar la charla. Su piso, tan grande como él, estaba situado en un antiguo edificio del barrio de Kreuzberg. Nada más cruzar la puerta, un dulce olor a aerosol te inundaba suavemente la nariz. Las paredes, de un blanco inmaculado, pero llenas de obras que, a estas alturas, nos resultaban familiares: dibujos de cámaras de vigilancia, soldados con máscaras de gas, un elocuente Bush-Mickey-Mouse o un estremecedor niño palestino de mirada desafiante. A ritmo de hip-hop nos enseñó cómo trabaja. En su estudio el ordenador es una pieza clave, aunque también nos contó que en el proceso de creación siempre realiza la parte final a mano. Las ventajas de los nuevos métodos facilitan la identidad de los artistas, los cuales pueden esparcir sus imágenes y mensajes de manera muy rápida, enfatizando la importancia de transmitir un estilo, una originalidad. Internet ha sido un factor determinante en la proliferación del Street Art. Tanto porque ofrece una plataforma de divulgación inmejorable, como por su rol de nexo entre los diferentes artistas. Además de las nuevas posibilidades artísticas que aportan los medios digitales, la red funciona como plataforma de catalogación y divulgación inmejorable de muchos artistas. Iniciativas como la web www.urban-art.info funciona como un verdadero catálogo de esta exposición callejera en constante cambio. Para Ralph, el Street Art es algo estimulante, una fuente de inspiración y una forma de dar rienda suelta a sus inquietudes creativas. En un rincón, junto al malogrado Bush, descansaba una inocente japonesita con el trasero en pompa. Esta será su próxima aportación a las calles de Berlín. Estaremos atentos.

Para otros, las motivaciones de su arte responden a una necesidad de expresión puramente estética. Este es el caso del gato de Nikita, una de las pocas mujeres que participan de este discurso callejero, pintando la cara de su mascota por todo Berlín. Otro ejemplo, también del mundo animal, son las desconcertantes vacas voladoras de Gould, ¿una acción en pro de los vegetarianos?, ¿un homenaje a las vacas locas?. La interpretación, como siempre, está abierta a cualquier sugerencia. Otra manifestación en esta línea y que podemos encontrar tanto en Berlín como en otras ciudades europeas, son las bananas de Thomas Baumgärtel. En la obra de este artista, entra en juego un factor muy importante: el emplazamiento. Baumgärtel pinta sus bananas sólo en lugares que tienen que ver con el arte contemporáneo, como por ejemplo en la entrada de museos o galerías. La interacción con el espacio es una característica muy interesante del Street Art. Cada pieza se convierte en una manifestación única al ponerla en el contexto escogido en la calle y su relación con el entorno. Además la obra no termina en el momento en que el artista la pone en la calle, podríamos decir que entonces empieza una segunda etapa de interacción con el transeúnte susceptible de mil interpretaciones, además de la interacción con otros artistas que establecen un diálogo, a menudo obsesivo, a través de sus creaciones. Un ejemplo de espacio compartido y que nos recuerda a las antiguas experiencias del muro, lo encontramos en el denominado Wall Street Journal. Se trata de una pared situada en a las puertas de un club llamado Lovelite en el barrio de Friedrichshain. La particularidad de este espacio es que funciona como una revista-mural. Tiene una periodicidad fija y los artistas que quieran pueden dejar en esta pared sus aportaciones. La acumulación de mensajes es evidente y las interrelaciones entre ellos son muy interesantes. En otros casos, el artista espera la interacción con el público y esto influye en la realización de la obra. Podríamos citar aquí el ejemplo de Bild que con sus adhesivos «Hello My name is…» espera que el espectador escriba allí cómo se siente, cómo se identifica.

Una de las manifestaciones que más nos ha gustado, son aquellos trabajos que podríamos llamar emocionales, es decir, que de algún modo le entran a uno por su lado más tierno y sensible. Este es el caso de la querida Linda. Linda es una chica fantasma. Nadie sabe con certeza de su existencia, pero en eso reside la idea. El artista esparce por las paredes de la ciudad mensajes del tipo: «Linda, me has destrozado el corazón». Esto bastó para conseguir una reacción en cadena de solidarios espontáneos que a su vez empapelaban las paredes con mensajes tales como «Olvida a Linda, no vale la pena…».

También están los que se conforman con la idea de aparecer en cuantas más esquinas mejor. Este sería el caso del desconcertante Sechs Maler (el pintor del seis). Lo podríamos haber presentado aquí como un mito de las calles de Berlin-Mitte, si no fuera porque lo llegamos a conocer. A veces esto ocurre… sus seis están por todas partes y, por lo que nos habían contado, es uno de los pioneros del «Street Art» en Berlín. Rainer Brendel, ése es su nombre, nos recibió en su «taller» acompañado por su inseparable bicicleta con las cestas repletas de botes de pintura y de viejos pinceles exhaustos de tanto «sechs». Su centro de operaciones es un descampado en pleno barrio de Mitte, en medio del cual descansa un viejo Trabant, coche típico de la RDA, pintado hasta el tubo de escape con el «erótico» número. Esta pequeña instalación es lo que queda de sus inicios como activista callejero en pro de la bicicleta y del uso del transporte público. Hoy, su obsesión es la de pintar sus seis por todas partes. La pregunta era obligada: ¿por qué un seis?. La respuesta, decepcionante: «porque es el número más fácil de pintar en movimiento, y yo siempre pinto sobre mi bici. También por el juego de palabras, ya que seis en alemán se pronuncia sex». Lo sentimos mucho, no hay más.

Por otro lado, este vacío de significado en muchas manifestaciones de Street Patch, por llamarlo de alguna forma, adquiere una nueva dimensión con el fenómeno de la moda. Algunos de los artistas critican la saturación a la que se está llegando, no tanto por la aparición de infinidad de mensajes sino por la banalidad de muchos de ellos, cuyos autores se ven arrastrados por el simple deseo de seguir una tendencia. Pero aunque éste siempre sea un tema controvertido, la realidad es que el Street Art es una forma de expresión hecha mayoritariamente por y para la gente joven. Lo joven está de moda y el look urbano también. Y aquí se crea un círculo vicioso difícil de romper.

Un aspecto interesante del Street Art es la corta vida de las obras. Interactúa con los fenómenos atmosféricos, se transforma con el tiempo, o con las aportaciones de otros artistas. Lo único que queda de ellas al final es la documentación fotográfica. Esto es la esencia misma del Street Art y lo que lo protege de la idea de exponerlo dentro de las paredes de un museo. Sin embargo, en el caso de Berlín este interés expositivo ha marcado fuertemente su evolución en los últimos tiempos. Hablamos concretamente de una iniciativa llamada “International Guest Street Art Bethanien”, organizada por una galería de Kreuzberg el pasado verano, que trajo a la ciudad trabajos de 40 artistas de distintos lugares del mundo. Este evento representó una clara influencia para Chasm (o Christian Layer). De naturaleza autodidacta, Christian empezó muy joven pintado graffitis junto con su hermano. Con el tiempo, su temprano interés por el Street Art ha evolucionado en nuevas formas y aplicaciones. Él es uno de los precursores del uso de los famosos Päckchen como soporte para sus creaciones. Se trata de utilizar como adhesivo las etiquetas que generalmente se usan para escribir las direcciones en los paquetes de correos, esas que uno puede coger sin problemas en cualquier oficina de correos del Deustche Post. Él bromea diciendo que su arte es «sponsored by Post». Suena bastante irónico que la agencia estatal de correos subvencione, a su manera, esta nueva forma de comunicación urbana.
Christian reconoce que el Street Art le apasiona, aunque considera que no puede ser sólo un estilo de vida. Se necesita compaginarlo con otras actividades para ganarse el pan. En su caso, trabajar como DJ o como diseñador gráfico le da de comer.

Los tiempos de crisis agudizan el ingenio y Christian no es el único que ahorra usando soportes que la propia ciudad le proporciona. Nuestro amigo, el Sechs Maler, hace lo mismo pintando siempre con botes de pintura que encuentra en contenedores o cerca de obras en construcción. Otro ejemplo simpático son las aportaciones del desconocido autor de la serie “Fuck Your Crew” quien a menudo estampa sus dibujos sobre el papel blanco con puntas que te dan en las pastelerías al comprar una tarta.

Iniciativas como ésta se suceden con increíble rapidez. La esencia de este arte reside en su frescura y su libertad. Todo está por inventarse, todo vale, y las calles de Berlín, como las de cualquier gran metrópoli, son un laboratorio perfecto.

Muchos artistas tienen nuestra ciudad en el punto de mira y la consideran el lugar donde en estos momentos están ocurriendo más cosas a nivel experimental. Si un día os presentan a una tal Linda, tened cuidado no os enamoréis, dicen que ahora se ha mudado a Barcelona…

No queremos concluir este paseo por las calles de Berlín sin agradecer sinceramente el tiempo y la ayuda prestada por: Layer, Rainer Brendel, Pisa 73, Micha, Boris Hoppek, Rana y Dani, Falk Schulz y Husk Mit Navn.

GRRR N.13 - CRUZANDO LOS DEDOS
GRRR N.13 - CRUZANDO LOS DEDOS

El decálogo experimental

El decálogo experimental

1_Las palabras son sonidos. Como un goteo o el vuelo de una mosca. No tienen por qué contar una historia.

2_La imagen narra. Tu mirada lo es todo. Ves en imágenes. Vuélcalas. Combínalas.

3_Provoca emociones puras. Lo que vale es la percepción no la acción. Y caminar por las sensaciones.

4_Lo racional, a la basura. Bucea en tus sueños y construye símbolos.

5_Menos es más. La intensidad se acopla en lo breve; el formato del experimental es el cortometraje,

6_ Usa las nuevas tecnologías. Con ellas es más fácil roturar caminos nuevos. Y más baratos.

7_ La producción, Independiente. Productores, distribuidores y exhibidores pasan de la vanguardia.

8_ Riesgo al límite. ¿No hubo un ruso que pintó un cuadro de blanco?

9_ Cajón de sastre. Nadie entiende «lo experimental» y la etiqueta vale para todo.

Manipulacion de un texto aparecido en El Pais de las Tentaciones, refiriendose al cine, pero en el que muchos de los puntos son aplicables al diseño grafico en particular o al acto creativo en general.

GRRR N.13 - CRUZANDO LOS DEDOS
GRRR N.13 - CRUZANDO LOS DEDOS

Socialist Designers

SOCIALIST DESIGNERS

El diseño no es un proceso político «las ideologías están muertas» es una mentira útil.

SOCIALISME o barbarie: ¿Cual es vuestra elección?

«la ideología dominante organiza la vanalización de las innovaciones subversivas, y las propaga continuamente después de esterilizarlas»

¿Y qué tal vender ideas en vez de productos?

Lucha contra el totalitarismo burocrático

El diseño no es un espejo es un martillo

La revolución gráfica será total o no lo será!

Frente al triunfo del capitalismo contemporáneo salvaje y la ___________ muerte de las ideologías, nosotros estamos profundamente convencidos que el socialismo auténtico, fundado sobre la autonomía de las decisiones, es decir, un socialismo descentralizado y autogestionario, queda y quedará siempre solo el proyecto de sociedad realmente «humano».

SOCIALIST DESIGNERS es un colectivo de políticamente concienzudos diseñadores gráficos, quienes acordaron seguir una «normativa indisputable»:

1> el diseño debe darse en una localización. «mercado y colección» (i.e. almacén de fotografías e ilustradores) no deberían traerse/usarse.

2> El diseño debe ser en colores acertados/puntuales. CMYK y los barnices no son aceptados.

3> Los filtros de Photoshop u otros cualquiera están prohibidos.

4> El diseño no debe contener elementos superficiales

5> La alineación temporal y geográfica están prohibidas (eso significa que el diseño tiene lugar aquí y ahora)

6> El diseño de género no es aceptable

El significado de producción: la producción de significado

La economía del lenguaje: el lenguaje de la economía. Adquisición del lenguaje: hendidura/división/grieta del sujeto.

GRRR N.13 - CRUZANDO LOS DEDOS
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Topografía de la tipografía

EL LISSITZKY, 1923

Artículo publicado en la revista «Merz», dirigida por Kurt Schwitters, en su número 4, de julio de 1923. Un año y medio más tarde el mismo Schwitters publicó sus «Tesis sobre la tipografía», dando públicamente la razón a El Lissitzky.

Topografía de la tipografía

1_ Las palabras impresas en una hoja de papel no se perciben con el oído, sino con la vista.

2_ La comunicación de ideas se hace mediante palabras convencionales. Es necesario informar las idas con las letras del alfabeto.

3_ Economía de expresión – La óptica en vez de la fonética.

4_ La estructuración del espacio del libro para el material de composición siguiendo las leyes de las máquinas tipográficas debe estar correspondida a las expectativas y a las tensiones del contenido.

5_ Estructuración del espacio del libro para el material de reproducción fotomecánica, realización concreta de la nueva óptica – realidad súper naturalista del ojo perfeccionado.

6_ Continuidad de las páginas – el libro bioscopio.

7_ El nuevo libro reclama un nuevo escritor. El tintero y la pluma de oca han muerto.

8_ El papel impreso triunfa por encima del espacio y el tiempo. Es necesario triunfar sobre el papel impreso, sobre la perennidad del libro – ELECTRO – BIBLIOTECA.

GRRR N.13 - CRUZANDO LOS DEDOS
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